Confieso que hay mujeres
por las que perdería el culo,
los días y la espalda.
Porque también existen mujeres
caprichosas, egoístas y locas
que saben cómo joderte la vida.
También hay mujeres a las que
no les escribiría jamás y otras
a las que les firmaría
las piernas con la boca.
Luego están las mujeres por las
que recorrería el mundo entero,
de rodillas y a paso lento,
sólo por verlas amanecer.
Hay mujeres a las que le haría
una instantánea que quemaría
después de un tiempo porque
solo sería un recuerdo.
Y luego están otras,
las mujeres a las que me
gustaría acariciar con la
punta de los miedos.
Como tú, amor,
que te dejas ser,
mujer o animal,
cuando te toco.