martes, 19 de agosto de 2014

Que errar sea sólo un acierto.

Te deseo el fuego y la noche,
los besos que nunca di
y el futuro que nos prometo.

Estás hasta arriba de mentiras,
los caprichos no salen de tus manos
ni te olvidas de mí.

Te deseo el fin,
la guerra y la banda sonora
de mi película favorita.

El reloj anclado,
las ocho de la mañana,
café y tus ojos.

Te deseo el tiempo,
que seas tristeza en la
felicidad y regalo de muchos.

Sobre todo de mí.

Te deseo la risa infinita,
el corazón rojo
y el pecho valiente.

Que sólo tú sabes explotar
y hacérmelo.

El sol y la playa,
la guardia de madrugada,
la foto nunca hecha.

Te deseo la alegría y
la continuidad de un viaje,
la incertidumbre.

El aleteo de mil mariposas
al vernos y el olor a mar
en las pestañas.

La incontrolable sensación
de sentirnos importantes
dentro de nosotras.

Fuera de la cama siempre
hace frío y tus brazos están
hechos a mi medida.

Te deseo el deseo dentro y
fuera de la gravedad.

Que controles tus ganas
pero que
me llenes de ellas.

Que siempre busques la
verdad y que huyas de ti.

Que te desees.

Que sobre todo me desees.

Que errar sea sólo un acierto.

Y que al acostarnos cada
noche nos contemplemos
el cielo en los ojos.

martes, 12 de agosto de 2014

Quédate cuando.

Cuando apenas tenía sueños
y había dejado de creer,
en la gente, en mí.

Cuando el verde no
veía más allá del gris
y las olas no me dejaban.

Cuando te enfadas y te creo,
me miras y tiemblo,
te beso y vuelo.

Cuando empiezo a andar
y no echo cuentas al pasado
porque estás tú.

Porque estás tú y no estoy yo,
porque cuando te ríes no
me escucho la voz.

Que a veces creo
que sigo soñando.

Quédate,
a mi lado.

domingo, 10 de agosto de 2014

Las letras están para contarlas.

Olvidas que una vez te quise
como si fueras la última
y que me vendiste
en la tercera noche,
no llevabas nada suelto
y siempre te gustó
improvisar.

Tenías la cobardía
de una docena de niños
mirando de reojo a sus padres
cuando, por consecuencia,
sabían que merecían
un castigo.

En la espalda tres letras
y un camino con excusas.

Un pasado en la cartera
y un sobre sin recuerdos.

Tenías al miedo tiritando de mentiras,
la mente en off y palabras que
parecían ahogarse cuando leías poesía.

La inocencia del esclavo,
la sangre de la guerra.

Una despedida entre las manos
que el cartero no me hizo llegar.

martes, 5 de agosto de 2014

Te devuelvo el futuro.

Lo más sencillo sería
tirarnos del pelo y
hacernos encrucijada,
batalla fatal entre
mi espalda y tu boca.

Chocarnos a las tres
de la mañana y
navegar sin remos,
alejarnos de la orilla,
guiarme por el faro
de tus ojos.

Acariciarnos los pecados
máximos en el pestañeo
que te dure un recuerdo,
besarte mientras suena
tu canción favorita.

Podríamos ser eso y dejarnos,
podríamos no serlo y estarlo.

Devolvernos al futuro,
que es de donde somos,
amarrar al pasado y
mandar a la mierda al presente.

Que todos sepan que están
muertos desde que nacieron
pero que luchen por una muerte digna.

Librar a la pena del alcohol
y ser complejidad,
romper la vajilla,
atropellarnos en la cama,
desearnos el mal,
querernos bien,
hacernos herida
y conquistar el infierno.

Aislarte y odiarte,
que eres tú porque soy yo
y mi no muerte está escrita
en las paredes del cielo.

viernes, 11 de julio de 2014

LO CONFIESO.

Confieso que hay mujeres
por las que perdería el culo,
los días y la espalda.

Porque también existen mujeres
caprichosas, egoístas y locas
que saben cómo joderte la vida.

También hay mujeres a las que
no les escribiría jamás y otras
a las que les firmaría
las piernas con la boca.

Luego están las mujeres por las
que recorrería el mundo entero,
de rodillas y a paso lento,
sólo por verlas amanecer.

Hay mujeres a las que le haría
una instantánea que quemaría
después de un tiempo porque
solo sería un recuerdo.

Y luego están otras,
las mujeres a las que me
gustaría acariciar con la
punta de los miedos.

Como tú, amor,
que te dejas ser,
mujer o animal,
cuando te toco.

martes, 8 de julio de 2014

A LA ESPALDA Y A LO LOCO.

Para qué vienes, ahora,
para qué si nuestro país sigue
en crisis y todos le lloran a la vida.

Ya nadie le teme a la muerte
y a todos les mueve más
el fútbol que los sentimientos.

Ahora somos estereotipos y masas
de gente con intereses comunes
pero tú no quieres ser como ellos.

He empezado a saborear cosas que
antes odiaba y a no seguir la
rutina establecida por mis padres.

Canto con la boca cerrada y escribo
para no olvidarme,
que es lo que me queda.

Miles de niños pasan hambre y
otros son la venganza del futuro,
cómo no creer en la suerte.

Quién nos iba a decir que
terminaríamos amando lo
que una vez nos mató.

Quién nos iba a decir, a nosotros,
dementes de mente,
que la vida era esto; un ir y venir
de sueños irremplazables donde
todos somos culpables del derrumbe.

Y te pregunto que para
qué vuelves porque se que te irás.

Y aquí seguirá la crisis que luego
será guerra cuando te marches,
porque todos hemos estallado
alguna vez cuando ella se va.

Porque todos hemos querido,
alguna vez, con la bomba en
la boca y el ejército
apuntando a la espalda.

viernes, 13 de junio de 2014

Guerra Mental después de ti.

Una vez fui yo siendo otra,
la tuve entre mis brazos,
la vida.

La besé en las noches que
no me esperaba,
le conté mis verdades
y fuimos mentira.

No éramos nada pero
podríamos haber dado
la muerte la una
por la otra,
la quería y le quiero,
la vida.

Nos desenamoramos,
cogimos un billete de ida y
el avión se volvió libro,
y fuimos sin nosotras,
como nunca.

Como nunca imaginamos,
con los besos puestos en el cuello,
apretando los dientes,
formando parte de juegos,
de barras de bar, de copas,
de copas de vino,
de copas de más.

Y nos olvidamos.
Ella a patadas y yo a nostalgias.

Me fui a la guerra con el
corazón entre tinieblas y
me hice de nuevo con ella,
con la vida.

Volví, dejé mi casa,
olvidé a mi suerte y la
encontré a ella que era
la suerte más dura que
había conocido nunca
porque se podía tocar.

La quise a vivir y ella me
quiso a días, le describí mis
noches y fue la única que
me descubrió mis sueños,
nunca nadie.

Era diferente, diferente
de esas que te besan y
te bajan al infierno,
de las que al sonreír
te hacía disfrutar.

Tenía la valentía en sus letras
y el brillo en el centro de su ombligo,
de mis piernas.

Casi todo era nada y
ella era casi invencible.

La rescaté de la Tercera Guerra
Mental pero ella volvió
a los suburbios.

Y entonces, sin quererlo,
yo también la olvidé,
y lo hice como lo habían hecho
conmigo antes, a patadas
-que es como se olvida a
quien no te merece-.    

domingo, 8 de junio de 2014

El paisaje es lo de menos y tú estás de más.

Vamos a gritar,
quiero que nos escuchen los
de arriba y que tú estes debajo.

No me importa el paisaje
si no es tu cuerpo.

Las ambulancias están de
paso y yo también,
voy a ser una despedida
maravillosa cuando todo haya
acabado y tú serás mi sonrisa
más inocente de abril.

No voy a llorar si no son tus
ojos los que me dan el agua.

La ciudad está tranquila y
duermes bien,
te hice poema y medio
para que te quedaras y
te temblé tantas veces
como terremotos
me hiciste sentir.

Maldita cobarde.

Pero no,
no voy a reir si es contigo.
No voy a ser yo si no es conmigo.

domingo, 11 de mayo de 2014

Los domingos son para los enamorados que no se quieren.

La he visto llorar,
perderme y perderse,
olvidar la rutina,
amar y reír conmigo,
juro que la he visto plantarle
cara a un domingo cualquiera
y enfadarse con la luna porque
no le contaba mis penas,
dejarse llevar a medias y
dejarse ser a escondidas,
que me ha besado las dudas
y me ha corregido los aciertos.

La he visto, también, desquererse,
una a una las partes de su
cuerpo mientras yo la elevaba
a la octava maravilla,
irse y volver,
para no quedarse nunca,
parafrasear con las estrellas
y recitarme lo más sagrado para mí,
que es el amor y sus ojos,
la he dejado un tiempo para
no ser costumbre,
me ha dejado ella para
vivir sin mí
y prometo y desprometo
que no la necesito,
que no me hace falta su mano
y que estoy retomando
mi segunda vida,
que es, por consecuencia,
de tercera mano y de las
que ya no quedan.

La he visto ser feliz y quererse,
cantar y bailarme mientras
le contaba las sonrisas,
desnudarse de pecados,
vivir y sentir.

La he visto,
la he visto y ya no la tengo
porque se volvió loca
y yo me volví cuerda,
y nos dejamos el perdón sobre la
cama para evitarnos el daño que es
el sin sentido de los cuerpos que
se exculpan con los ojos.

martes, 6 de mayo de 2014

Puta caótica.

Estabas tan bonita,
Tan fiera, tan musa, tan puta,
Y yo que no sabía cómo apoyar mi espalda
Ni cómo deshacerme de tus besos,
No tenía idea alguna de cómo habías llegado a mi cama,
De cómo te habías adueñado
de mis pasos.

Estabas, tan bonita,
Tan cuerda, tan extremista,
tan indomable
Que me estabas volvienda loca a mí,
Temblabas y yo te miraba de
reojo para no asustarte,
Para no asustarme yo y seguirte
el ritmo de los latidos.
Joder, ojalá y el reloj siguiera
anclado en esa noche.

Estabas tan bonita,
Tan caliente, tan caótica,
tan predecible
Que no sabía cómo mezclar esas sensaciones en tu cuello y
hacerte daño hasta que me dijeras
"Hey nena, dejemos el
dolor para más tarde".

Estabas, tan bonita,
Tan exclamativa, tan interrogante,
Tan natural
Que solo quería hacerte la guerra
una y mil veces hasta perder la razón,
Hasta perderte y saber que una vida contigo no hubiera bastado.

Estabas tan bonita
Que ahora no puedo mirar al espejo
Sin echar de menos tus manos
en mis vaqueros.

martes, 22 de abril de 2014

Escribir supone asumir riesgos.

Cuando pierdes algo te empeñas en seguir buscando,
miras una y otra vez dentro del mismo cajón, del mismo bolso,
te abres en canal y te exploras, contemplas cada mirada,
desconfías de cada sonrisa y te haces enemigo hasta del mar,
una fiesta pasa a ser la casa de la que huyes cuando todo va mal,
el consuelo de lo perdido es quedarse a esperar y
algunos, incluso, lloran.
Cuando perdemos a una persona es algo parecido,
con la diferencia de que lo que pierdes no es material,
es físico e irrecuperable.
Cuando alguien se va, cuando ella se va
no hay deseos que pedir ni estrellas que contar,
no quedan cajones en los que buscarla ni bolsos que regalarle,
no tienes que abrirte por dentro porque ya estás roto por fuera,
te acompañan ojeras y recuerdos en cada trazo de tu rostro,
y sí, se fue y ya no contemplas las miradas
ni encuentras la suya al despertar,
las sonrisas son falsas y ni el mar podrá traerla de vuelta,
la única fiesta a la que asistirías sería a
la de sus huesos clavándose en tus rodillas,
a la de su cicatriz mordiéndote las noches,
todo va mal y al final una pérdida siempre es una pérdida,
el desenlace de lo inevitable y
cuando marcharse es la única opción
quedarse a escribir es la solución.

miércoles, 16 de abril de 2014

Hablar de ti es recordarme.


No sé en qué momento me crucé con tu mirada,
Ni cómo te conocí,
Sólo recuerdo que tenías el paréntesis más bonito
A los dos lados de la boca,
Esa boca que salva de cualquier precipicio
Pero que, a la vez, es el camino más directo para llegar a él.

Puede ser que nos hayamos visto incluso antes de conocernos,
Que tú pensases en mí y yo sonriera en ti
Como quien espera la vida o regresa a la muerte,
Puede ser que haya visto a través de tus ojos cualquier noche
Y que tú al despertar una mañana me hayas soñado,
Que al conocernos nos hayamos coincidido y declarado
Placer sin darnos apenas dos besos tímidos,
Puede ser que antes de esa noche ya me hubiera confesado
Contigo en cualquier callejón y tomado tu mano
En señal de orgullo, como quien ha conseguido un trofeo,
Que sin yo saberlo ya te quisiera
Y sin tú esperarlo te quedaras.

Porque no encuentro versos ni besos para escribirte
Todo lo que quiero hacerle a tu poesía,
No encuentro preguntas ni respuestas simples para
Hablar de ti y que no se me rompan los esquemas,
Ni similitudes que guarden parecido alguno con algo que
Haya vivido en otros pasados próximos,
Porque sin buscarte te encontré a dos manos de mi puerta
Y me hiciste risa en cada parque,
Porque sin pretenderte te pensaba
Y sin quererte ya sabía que iba a hacerlo.



lunes, 14 de abril de 2014

La certeza de la derrota.

Ella es mía y del mundo,
me gusta sentirla libre,
que cuando me de la espalda para dormir sepa
que, inmediatamente, voy a abrazarla,
a besarle la brisa de su pelo,
a escucharla reír en sueños y a afrontar
una vida llena de derrotas a su lado,
que tenga la certeza de que voy
a confundirla con cualquiera
pero que nunca dude de que voy a
esperarla cada mes de cada año,
como si al respirar ella fuese el aire
y al llorar la sal fuesen sus manos.

Quiero que ella sepa que soy infierno
pero que voy a desnudarle los ojos
cada vez que quiera huir de mi lado.