Ni cómo te conocí,
Sólo recuerdo que tenías el
paréntesis más bonito
A los dos lados de la boca,
Esa boca que salva de cualquier
precipicio
Pero que, a la vez, es el camino
más directo para llegar a él.
Puede ser que nos hayamos visto
incluso antes de conocernos,
Que tú pensases en mí y yo
sonriera en ti
Como quien espera la vida o
regresa a la muerte,
Puede ser que haya visto a través
de tus ojos cualquier noche
Y que tú al despertar una mañana
me hayas soñado,
Que al conocernos nos hayamos
coincidido y declarado
Placer sin darnos apenas dos
besos tímidos,
Puede ser que antes de esa noche
ya me hubiera confesado
Contigo en cualquier callejón y
tomado tu mano
En señal de orgullo, como quien
ha conseguido un trofeo,
Que sin yo saberlo ya te quisiera
Y sin tú esperarlo te quedaras.
Porque no encuentro versos ni
besos para escribirte
Todo lo que quiero hacerle a tu
poesía,
No encuentro preguntas ni
respuestas simples para
Hablar de ti y que no se me
rompan los esquemas,
Ni similitudes que guarden
parecido alguno con algo que
Haya vivido en otros pasados
próximos,
Porque sin buscarte te encontré
a dos manos de mi puerta
Y me hiciste risa en cada parque,
Porque sin pretenderte te pensaba
Y sin quererte ya sabía que iba
a hacerlo.
Qué cosa tan preciosa leer de vez en cuando textos que siendo tan sencillos, emocionan como una decena de poesías de métrica minuciosamente calculada, o más si cabe. Todo un mérito.
ResponderEliminarVaya, gracias, muchas gracias.
Eliminar